Bruselas estudia suavizar la Ley de Inteligencia Artificial ante la presión de las grandes tecnológicas

La Comisión Europea se plantea modificar los plazos y requisitos de la Artificial Intelligence Act (AI Act) tras las fuertes presiones de grandes corporaciones tecnológicas y del propio gobierno de Estados Unidos. El texto legal, considerado el marco más ambicioso del mundo en materia de regulación de IA, podría sufrir un aplazamiento parcial o una aplicación más flexible para determinados sistemas catalogados como de “alto riesgo”.

Entre las propuestas que se barajan se incluye un periodo de gracia de un año antes de la imposición de sanciones, así como la exención de registro para tecnologías con funciones limitadas. Esta revisión busca armonizar el marco europeo con la velocidad de innovación global, evitando que las empresas tecnológicas trasladen sus operaciones fuera del continente.

La AI Act pretende establecer reglas claras sobre transparencia, supervisión humana, protección de datos y responsabilidad ética en el uso de sistemas de IA. Sin embargo, las grandes tecnológicas argumentan que una aplicación demasiado rígida podría ralentizar la competitividad europea y frenar la innovación en sectores como salud, movilidad, banca o educación.

Para los analistas de THE INTELLIGENCE, este debate refleja una tensión creciente entre control y desarrollo, una dicotomía que definirá la próxima década de la IA. Europa busca un equilibrio entre garantizar derechos ciudadanos y no quedarse atrás en la carrera global por la automatización inteligente.