Bruselas impulsa un nuevo Código de Prácticas para identificar contenidos generados por IA
La Comisión Europea dio ayer un paso decisivo hacia un ecosistema digital más transparente al activar el proceso de creación de un Código de Prácticas para el etiquetado y la transparencia de contenidos generados por inteligencia artificial. Este movimiento forma parte de la implementación progresiva del Artificial Intelligence Act, la nueva arquitectura regulatoria que entrará plenamente en vigor en los próximos meses.
El Código, que será desarrollado con la participación de empresas tecnológicas, medios, sociedad civil y expertos independientes, busca establecer reglas claras sobre cómo deben marcarse los textos, imágenes, vídeos o audios creados o alterados mediante IA, incluyendo deepfakes y otros formatos generativos avanzados. La Comisión ha subrayado que la finalidad es doble: proteger a los usuarios frente a información manipulada y promover un entorno confiable para la innovación en IA.
El documento se elaborará a lo largo de siete meses y servirá como referencia para los proveedores de modelos generativos que necesiten demostrar buena práctica anticipada antes de la plena aplicación de las obligaciones del AI Act. En particular, está alineado con el artículo 50, que obliga a informar claramente cuando un contenido no ha sido producido por una persona.
Las instituciones comunitarias consideran que la transparencia en los contenidos generados por IA será un elemento central para evitar la desinformación, reforzar la trazabilidad y facilitar auditorías técnicas en una era en la que los modelos avanzados pueden recrear voces, rostros y narrativas completas en segundos. Fuentes del Ejecutivo señalan que la colaboración con desarrolladores de modelos fundacionales será clave para lograr un consenso operativo y armonizado en toda la Unión.
El avance del Código llega en un momento de fuerte expansión de la IA generativa, utilizada por millones de usuarios y adoptada por empresas de todos los sectores. Según Bruselas, anticipar estas reglas permitirá que el ecosistema europeo adopte la tecnología con garantías, sin frenar la velocidad de desarrollo.
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